Con algunas lágrimas por la emoción, los últimos acordes sonaron en el Auditorio de Monzón para clausurar nuestro VI Curso Internacional.
7o alumnos de diferentes lugares de España y de Italia en el escenario formaban el original Ensemble del Curso, con 14 guitarras junto a trompetas, clarinetes, flautas e instrumentos de cuerda.
Yo preparé un emotivo arreglo de «Las normas de la Casa de la Sidra» de Rachel Portman, y una brillante danza para finalizar.
Sin embargo, las lágrimas brotaron en la repetición de la danza,después de la entrega de diplomas.
Mi voz también se quebró al nombrar a cada uno de los profesores.
En momentos así, sólo se puede decir
GRACIAS:
A la música por unirnos con su magia.
A los profesores por su entrega, su simpatía, su complicidad.
A las monitoras por no dormir y tener paciencia.
Al mago por hacer desaparecer, por un tiempo, nuestras preocupaciones.
A las estrellas de Peralta, por sonreirnos cada noche en la piscina.
A mi familia por soportar mi cansancio.
Y, por encima de todo a vosotros, los alumnos del Curso, por hacerme ver en el brillo de vuestros ojos, que hemos conseguido, entre todos, algo profundo, que tardará en olvidarse y que nos ayudará a soportar la soledad y el aburrimiento que muchas veces supone ser músico.
Los profesores: